miércoles, 1 de febrero de 2012

OBESIDAD: COMO UN PROBLEMA PSICOLÓGICO

En un primer momento os preguntareis ¿Qué tendrá que ver la obesidad con la psicología?
Con este post espero disiparos esa duda  y hacer evidente tal relación.
La sociedad en la que vivimos se rige a base de prejuicios y estos son evidentes en cuanto a los individuos que padecen obesidad, lo cual se traduce en que se introduzcan en su propio mundo y que eviten las interacciones sociales ya que son conocedores de esos prejuicios establecidos.
Cuando intentamos definir esta enfermedad, no sólo es necesario el centrarse en el organismo como sistema biológico, sino que es indispensable un análisis de los aspectos culturales, sociales y psicológicos que se encuentran implicados.
Durante muchísimo tiempo hemos tenido la idea de que las personas obesas  tenían problemas de personalidad los cuales intentaban aliviar mediante la conducta alimentaria. Aunque sí que es cierto que es más común encontrar algún tipo de alteración de personalidad o problema psiquiátrico en personas con obesidad que en personas con un peso normal. Entre estas alteraciones podemos encontrar:  agorafobia, depresión mayor, bulimia. Además también podemos encontrar una elevada ansiedad e incluso conductas agresivas o de evasión.
Un aspecto importante son las condiciones ambientales en las que se desenvuelve la persona obesa, ya que estas influirán en su percepción, así como en su bienestar psicológico.
También es de vital importancia el comentar las consecuencias que pueden acarrear el seguimiento de dietas, como son el aumento de depresión, nerviosismo y ansiedad al igual que los ciclos de pérdida- recuperación, en los que el paciente se  encuentra frustrado, se siente culpable produciéndose así el desarrollo de nuevas patologías como pueden ser la depresión, angustia, o incluso el trastorno alimentario compulsivo.

La Terapía Cognitivo Conductual, nos permite eliminar las barreras que les impiden continuar con la dieta a las personas obesas. Estos programas están basados principalmente en técnicas de autocontrol.
El objetivo principal de esta terapia es el de mejorar los hábitos de alimentación y los niveles de actividad física.
Las características principales de estos programas son las siguientes:
·         Automonitoreo: registro de la ingesta de comida, así como de las circunstancias en que esta se produjo, proporcionando información para la intervención.

·        Control del estímulo: evitar las situaciones que nos inciten a comer en exceso.

·         Flexibilidad en el programa de alimentación: las dietas excesivamente rígidas no son aconsejables, lo idóneo es lograr un equilibrio.

·         Reestructuración Cognoscitiva: es utilizada para la identificación de sentimientos y pensamientos de autoderrota, para proporcionar así  ayuda al paciente en la identificación de actitudes relacionadas con las expectativas excesivamente altas  y poco realistas sobre su peso e imagen corporal.

·         Relaciones interpersonales y manejo de estrés: es utilizado para salir airoso de episodios de alimentación excesivas, se realiza mediante meditación o terapias de relajación, también encontramos  en esta fase  apoyo con familiares y amigos  para evitar estas situaciones (previamente pactado).

·         Recompensas : suelen ser utilizadas como un premio al paciente conforme va logrando sus objetivos, lo cual supone una estimulación. Por ejemplo la compra de un libro.

·         Cambios de actitud al comer: un gran cambio es el comer y masticar lentamente para que las señales de saciedad se produzcan y este mensaje llegue al cerebro.

·         Prevención de recaidas: este es un aspecto de vital importancia, ya que no se trata de un proceso con un tiempo delimitado sino que se extiende en el tiempo y debe permanecer en él.

Finalmente he de comentar  que este tipo de terapia no cura la obesidad, si no que su trabajo va encaminado a un mantenimiento del peso perdido y a la prevención de la recuperación de este.

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